Tremendamente recomendable
Robert Filliou. Autoportrait bien fait, mal fait, pas fait, 1973. Cortesía Galerie Nelson-Freeman, Paris. Photo: Florian Kleinefenn
En el periodo de los 60 a los 80, que abordan las nuevas salas de la Colección, tienen lugar los cambios políticos, sociales, culturales y tecnológicos que configuran el escenario global contemporáneo: la descolonización, las revueltas del 68, los movimientos feministas, la crisis económica, la expansión de la cultura popular y la eclosión de otras modernidades periféricas. Este es también el momento en que el sistema del arte ve desbordado su campo específico para entrar directamente en la arena de todos esos procesos, aun a riesgo de perder la especificidad de sus medios convencionales – pintura o escultura – e incluso su misión estética.
Bajo el signo de la muerte del autor, el artista repudia la paternidad de la obra que produce, proclamando su apertura a lecturas y experiencias diversas. También se afirma su naturaleza procesual, colectiva, performativa y contingente. Sin embargo, paradójicamente se retrasa indefinidamente la “muerte del arte” como lugar de reflexión y de enunciación, aunque también, como se verá en los 80, como fetiche, mercancía y espectáculo.
El recorrido, dividido en las dos plantas del edificio Nouvel, parte de la Batalla de Argel y de la Revolución Cubana, y se adentra en el campo en continua expansión de unas prácticas que ya no siguen una dirección única, sino que vienen enunciadas desde posiciones no solo marcadamentes diferentes, como el Tropicalismo, sino también directamente antagónicas, como es el caso del arte feminista. En la segunda parte del recorrido, nos encontramos prácticas artísticas que se pliegan sobre sí mismas y sus lenguajes frente a otras que optan por protestar e intervenir frente a un contexto represivo como eran las dictaduras latinoamericanas y la española.
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